EEUU: Canola transgénica de Monsanto escapa de las granjas y comienza a crecer en estado salvaje

La colza, raps, canola o nabicol (Brassica napus), es una planta cultivada de la familia de las brasicáceas, con flores de color amarillo brillante. Se cultiva por todo el mundo para producir forraje, aceite vegetal para consumo humano y biodiésel. Los principales productores son la Unión Europea, Canadá, Estados Unidos, Australia, China y la India. En la India ocupa un 13% del suelo cultivable. Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, la colza era la tercera fuente de aceite vegetal en 2000, tras la soja, y la palma, además de la segunda fuente mundial de comida proteínica, aunque su importancia sea sólo una quinta parte de la soja. En Europa, se cultiva principalmente para alimentar el ganado (por su alto contenido en lípidos y contenido medio en proteínas). Otra vez Monsanto

Monsanto fabrica las semillas transgenicas de Canola

ANTECEDENTE
Monsanto vs Schmeiser La clasica pelea David vs Goliath….

Monsanto vs Schmeiser
El David vs Goliat clásica lucha …..

Percy Schmeiser, el agricultor desde hace largo tiempo y vendedor de equipamiento agrícola en la pequeña comunidad rural de Bruno Sask se desempeñó como Alcalde de la Ciudad de Bruno durante el lapso de 1966-1983 y como MLA (Miembro de la Asamblea Legislativa) por la circunscripción de Watrous en la Legislatura Provincial de 1967-71.

 Extracto de un artículo del 14 de agosto 1999 -Vancouver Sun- por Dave Margoshes

«Percy Schmeiser estaba loco como el infierno, y decidió que no iba a tomarlo».

«Schmeiser ha visto crecer la canola – oleaginosa de flores amarillas que solía ser conocida como «la colza» (Rapeseed)- durante 40 años, y podemos afirmar que sabe al respecto. Él estuvo experimentando y desarrollando sus propias variedades, usando su propia semilla y, en general prosperando con la canola, cosechando los beneficios derivados de un cultivo cada vez más popular.

«Así que cuando Monsanto, el gigante agroquímico multinacional que está en la vanguardia del desarrollo de alimentos modificados genéticamente (transgenicos), lo acusó de violación de patente y exigió la restitución de sus semillas, su orgullo fue herido.»
 Percy opta por luchar en vez de darse la vuelta resignado.

Monsanto

Extracto de un artículo del 14 de agosto 1999 -Vancouver Sun- por Dave Margoshes

«Monsanto, con sede en St. Louis, produce el popular herbicida Roundup. Agricultores de todo el mundo lo utilizan rociándolo en sus campos, entre ellos Schmeiser. El químico mata a todas las cosas-que crecen allí. Para luego sembrar una planta.»

Usando la controvertida alquimia de la ingeniería genética, que alarmada a ecologistas y consumidores, Monsanto ha desarrollado una semilla de canola completamente inmune al Roundup. Eso significa que un agricultor puede rociar el herbicida en un campo sembrado, matar a todas las malas hierbas que crecen allí, pero no dañar la cosecha de Canola, – siempre y cuando se trate de semillas de Monsanto-.

La empresa vende la semilla – la mitad de la canola sembrada en Saskatchewan este año es de Monsanto- no obstante, la corporación mantiene sus derechos sobre ADN del producto.
Esto significa que, los granjeros no pueden guardar semillas de la cosecha pasada para utilizarlas el próximo año, como hacen muchos – y como tradicionalmente hace Schmeiser – los agricultores tienen que comprar nuevas semillas de Monsanto cada año.

A fin de proteger su inversión, Monsanto ha estado alerta para erradicar agricultores que podrían pergeñar un engaño o ahorrar semillas, o pedir alguna prestadas a los vecinos.
Los agricultores que compran semillas de Monsanto deben firmar un contrato que los compromete a comprar semillas nuevas de Monsanto cada año.» Y deben dejar que Monsanto inspeccione sus campos.»

La Batalla

Extracto de la Revista MacLean 17 de mayo 1999. Artículo de Mark Nichols

«Durante 40 años, Percy Schmeiser ha sembrado canola en su granja cerca de Bruno, Sask., A unos 80 km al este de Saskatoon, y por lo general la siembra de cada cultivo brinda buenos frutos habiendo sido realizados con semillas guardadas de la cosecha anterior. Y según ha dicho Schmeiser, jamás compró semillas de St. Louis, Monsanto (basadas en la biotecnología de Monsanto Co.) Aún así, Percy asevera que más de 320 hectáreas de su tierra están «contaminadas» con plantas resistentes a los herbicidas de Monsanto «canola Roundup». Y, como otros cientos de agricultores de América del Norte, Schmeiser ha debido sentir el aguijón del largo brazo jurídico de Monsanto que: el pasado mes de agosto llevó al agricultor de 68 años a los tribunales, alegando que ilegalmente fueron sembradas semillas de canonla de Monsanto, y clamando que Shmeiser pague un 15$/acre como una cuota por el privilegio. A diferencia de decenas de agricultores acusados en Norteamérica, y que Monsanto ha llevado a la corte, Schmeiser se defendió. El agricultor afirma que investigadores de Monsanto entraron ilegalmente en su terreno – y alega que las semillas de la empresa fácilmente pudieron haber volado a su tierra debido al paso de camiones cargados de pasta de canola. «Nunca pongan sus plantas en mi tierra», dijo Schmeiser. «La pregunta es, ¿dónde terminan los derechos de Monsanto y comienzan los mios?«

El histórico caso, que se presentó ante el Tribunal Federal de Canadá, ha atraído la atención internacional porque podría ayudar a determinar el peligroso control que un puñado de poderosas empresas biotecnológicas pueden ejercer sobre los agricultores.

Extracto de 19 de agosto 1999 Western Producer. Artículo de Adrian Ewins

«La batalla de alto perfil jurídico entre Monsanto y un agricultor de Saskatchewan irá a juicio en Saskatoon el próximo año.

Las dos partes se enfrentarán en un tribunal federal el 5 de junio del año 2000 y la demanda de la corporación alega que Percy Schmeiser sembro canola inmune al Roundup sin licencia.

La fecha del juicio fue fijada al final de una semana llena de acontecimientos que ha colocado el tema de las patentes de semillas frente a la atención nacional por enfrentar a una corporación multinacional basada en los Estados-Unidos contra un campesino solitario de Bruno, Saskatchewan.

«El caso se abrió camino en los tribunales en agosto de 1998, cuando Monsanto presentó una solicitud de indemnización alegando que Schmeiser había comprado ilegalmente semillas (de Monsanto) resistentes al Roundup (de Monsanto)

Schmeiser señaló que plantó sus cultivos con semillas de 1997 salvadas de 1996, e insiste en que cualquier planta transgénica Roundup Ready que crece en su tierra se extendió a ella por los efectos del viento o por los camiones de granos circulan en las carreteras adyacentes a sus campos.

En el escrito de demanda, dice Schmeiser que Monsanto lo ha calumniado públicamente acusándolo de cometer actos ilegales, tambien acusa a Monsanto de ingresar ilegalmente a su propiedad con el fin de obtener muestras de semillas y la obtencion indebida de muestras de sus semillas de una planta de semillas locales.

La declaración también acusa a Monsanto de «cruel desprecio» por el medio ambiente mediante la introducción de Roundup Ready en el espacio sin controles adecuados, y de contaminación de cultivos de Schmeiser.»

El 10 de agosto 1999 las conversaciones de mediación para resolver el conflicto sin acudir a juicio terminaron fracasando.

Al día siguiente, Schmeiser lanzó una demanda de $ 10 millones de dolares contra Monsanto, acusando a la compañía de una variedad de ilícitos, incluida la difamación, la transgresión y la contaminación de sus campos con Roundup Ready «.
La demanda Schmeiser contra Monsanto no será tratada hasta que la demanda original se haya resuelto.»Queremos tener las audiencias de infracción de patentes que siguen su curso, entonces vamos a seguir esto «, dijo el abogado de Schmeiser, Terry Zakreski «.

El juicio se realizó desde el 05 al 20 junio, el 2000 en la Corte Federal en Saskatoon, Saskatchewan.

La audiencia en la corte federal de Canadá duró tres semanas ante un juez de Saskatoon, En el juicio, Monsanto presentó pruebas de dos docenas de testigos y evidencias de que mas del 90 % de los campos de Schmeiser eran «Roundup Ready», lo que indicaría cierto grado de cultivos con semillas de Monsanto para fines comerciales. Monsanto no realizó ninguna prueba independiente, todas las pruebas fueron realizadas en Monsanto o por expertos contratados por la empresa.

En su defensa, Schmeiser mostró que en su granja (basándose en la evidencia propia), los campos estaban desde casi cero a 68% libres de Roundup Ready. Estas evidencia fue confirmada por pruebas independientes realizadas por investigadores de la Universidad de Manitoba, en Winnipeg, MB. La defensa de Schmeiser también mostró paquetes de semillas mezcladas. Dando a conocer que las semillas de Monsanto no siempre son adquiridas con el consentimiento del comprador, ya que las semillas transgénicas «vienen mezcladas con las comunes» y que están contaminadas para el uso futuro de Roundup en la canola.

Monsanto esquivó explicar cómo las semillas Roundup se mezclaron con las comunes. «Si el Sr. Schmeiser sabía del asunto o no, no importa en absoluto», dijo Roger Hughes, abogado de Monsanto, citado por The Western Producer, una revista de la agricultura canadiense. Un científico de canola, en una declaración jurada para Monsanto en el juicio, dijo que las teorias de Schmeiser sobre polinización cruzada por el viento y las abejas no tenían sentido para él, dada la pureza de las plantas cultivadas sobre la base de las pruebas de Monsanto. «Fue una cosa muy terrible, porque dijeron que no importa cómo las semillas van a parar al campo del productor, como sea, los cultivos pasan a ser propiedad de Monsanto», dijo Schmeiser, en una entrevista con Agweek. «Si las semillas las mete el viento o la polinización cruzada, eso no importa.»

Monsanto describe su petición por violación de patente mediante el reclamo de daños y perjuicios por un total de 400.000 dólares. Esto incluyó una lista de los daños civiles, entre ellos unos 250.000 dólares en gastos legales, y otro de $ 105.000 respecto de los beneficios obtenidos por Schmeiser en la cosecha de 1998, $ 13,500 ($ 15 por acre) como honorarios por tecnología y 25.000 dólares en daños punitivos. Schmeiser considera que Monsanto ha solicitado cantidades exorbitantes de dinero como una advertencia a otros productores.

En ese momento Schmeiser dijo que ya había gastado 160.000 dólares de sus propios ahorros para los gastos legales y otros $ 40.000 de su propio tiempo, los viajes y compensación por los trabajadores que tenía que contratar cuando se encontraba lejos de la granja.

El agricultor dijo que si él hubiera «puesto de rodillas» al principio, Monsanto podría haberse conformado con lo que se calcularon como honorarios sin pagar de alrededor de $ 15.000 dólares. Sin embargo, Schmeiser señala que ha recibido donaciones para ayudar a sus cuentas legales – en su mayoría de entre $ 50 y $ 100 dólares en cheques de otros agricultores.

Schmeiser da conferencias ahora en todo el mundo acerca de los peligros de los cultivos transgénicos. El productor cree que el asunto gira en torno a un conflicto de dos conjuntos de derechos. Un conjunto de base «‘sobre obtenciones vegetales» permite a los agricultores canadienses comprar semillas y luego utilizar la descendencia para el año siguiente. Por otro lado, la ley de patentes de Canadá permite a las compañías patentar genes y luego los inserten en las variedades de plantas y que celebren contratos con agricultores obligándolos a no utilizar las semillas nuevamente.

«En mi caso, nunca he tenido nada que ver con Monsanto, siempre me mantuve afuera de la compra de productos químicos. Yo nunca firmé un contrato«, dice Schmeiser. Al final de la primera demanda, Schmeiser dice que llevará a cabo una segunda demanda que presentó el pasado otoño contra Monsanto por contaminar su simiente.

«Si yo quisiera ir a San Luis y contaminar sus parcelas – destruyendo lo que han construido durante 40 años – Creo que se me pondría en la cárcel arrojando la llave muy lejos«, sostiene Schmeiser.

El Tribunal Federal de Canadá emitió su sentencia el 29 de marzo de 2001. El juez Andrew McKay declaró la validez de la patente de genes de Monsanto que se insertan en las variedades de oleaginosas para hacerlas resistentes a su herbicida Round Up.

McKay desestimó el desafío de Schmeiser y sus criticas a las políticas de Monsanto sobre la base de la afirmación de que Monsanto no pudo controlar cómo el gen se dispersó por el campo.

En una parte clave de la sentencia , el juez estuvo de acuerdo en general, con que un agricultor puede ser dueño de las semillas o plantas cultivadas en sus tierras aún si las semillas fueron sopladas allí por el viento o se produjo contaminación por polen mediante abejas – pero el juez dijo que esto no es cierto en el caso de cultivos con semillas modificadas genéticamente.

Esta parte del fallo causó mayormente la bronca de Percy Schmeiser. Las implicaciones son de amplio alcance y Schmeiser ha puesto en marcha un recurso que se celebró el 15 y el 16 de mayo del 2002 en Saskatoon, Saskatchewan. El Tribunal Federal de Apelación rechazó posteriormente la apelación de Schmeiser. Schmeiser entonces pidió licencia de la Suprema Corte de Canadá para conocer el asunto.

La Corte Suprema emitió una decisión en mayo del 2004 que podría verse como un empate. El Tribunal determinó que la patente de Monsanto es válida, pero que Schmeiser no está obligado a pagar nada a Monsanto porque no se ha beneficiado con la presencia de «Ready canola Roundup» en sus campos.

Este problema se inició con Monsanto exigiendo a Schmeiser pagar la cuota por tecnología 15$/acre y finalmente, Schmeiser no tiene que pagar. La familia Schmeiser y simpatizantes están contentos con esta decisión, sin embargo lamentan que las otras áreas de la evidencia no se volcaron en el fallo.

Si usted cree en esta causa tan importante, su ayuda en la financiación de la apelación sería muy apreciada. Usted puede hacer una donación en línea aquí HTML clipboard

ACTUALIDAD

Un estudio realizado en el estado estadounidense de Dakota del Norte ha revelado que cientos de plantas de colza genéticamente modificada están creciendo a lo largo de las carreteras del estado. Es decir, semillas o esporas de la planta han “escapado” de las granjas en las que son sembradas y han crecido en tierra de nadie.

Como informa NPR, los resultados del estudio muestran que la gran mayoría de las plantas de colza salvaje en el estado contienen genes artificiales que las hacen resistentes a los herbicidas y fueron encontradas dos plantas que contiene rasgos de múltiples variedades modificadas genéticamente, lo que sugiere que las plantas modificadas genéticamente se están reproduciendo en la naturaleza.

Este estudio pone de manifiesto la facilidad con la que algunas plantas genéticamente modificadas se puede propagar más allá de los campos en los que son sembradas. ¿Cuál podría ser el impacto de este hecho en las variedades naturales? En Dakota del Norte este año se sembrarán un millón de acres de colza, de los cuales aproximadamente 90% son variedades modificadas genéticamente.

BWN Patagonia

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