Como su propio nombre indica, el agua de rosas es un destilado procedente de los pétalos de estas preciosas flores. En la Antigüedad ya eran muy conocidas sus propiedades suavizantes, hidratantes y olorosas para belleza, además de su poder aromático y terapéutico en la cocina.
Oriente Medio en un gran productor de este agua natural y maravillosa, que en persa llaman |گلاب Golâb, en turco Gül suyu, y en árabe: ماء ورد Mây war. Pero no es necesario ir hasta tan lejos para adquirir la mejor agua de rosas. Ésta se comercializa en distintos tipos de tiendas, como herboristerías, perfumerías, e incluso en las farmacias.
Para no equivocarte en tu compra, comprá la forma pura al 100%, y rechazá la que tenga en su composición conservantes, y también las sintéticas. Pero, sobre todo, recordá que siempre puedes hacerla por vos misma. La consigas como la consigas, ésta ha de haber sido el resultado de una simple destilación, sin más historias, y su aroma y sabor resultar deliciosos.
Si te decidís por la elaboración casera del agua de rosas, lo tenes fácil. Tan sólo hay que añadir un puñado de pétalos de rosa (on 3 ó 4 rosas bastará) en un litro de agua hirviendo y, sin dejar que siga haciéndolo, dejar reposar 20 minutos fuera del fuego y verter después la mezcla en una botella sellada y, muy importante, que no sea transparente. Conservar en la heladera.
¿Qué beneficios cosméticos proporciona el agua de rosas? Se trata de una poción que conviene a todo tipo de pieles, incluso a las más sensible, equilibrándolas e hidratándolas. Su poder antiséptico mejora el estado de la epidermis, calmando enrojecimientos y granos. Además, reaviva la tez, cierra los poros y deja un halo de delicado perfume allí donde lo apliquemos.
Se recomienda aplicar con el rostro limpio, bien para eliminar las últimas impurezas y calmar la piel, preparándolo para recibir el tratamiento de día o de noche. Precisamente, aplicada en una compresa sobre los ojos calma la irritación ocular y es increíble como bálsamo después de la depilación.
¿Y en la cocina? También en la cocina da un toque celestial a los alimentos, pues en la repostería, el agua de rosas desde antiguo ha llenado de sabor a pasteles de todo tipo, como los griegos.
En Oriente Medio se utiliza el agua de rosas para dar sabor a cremas, pastas, buñuelos, mermeladas, jaleas, etc. Pero esto no es todo, porque este agua también tiene virtudes terapeuticas. Se le conocen propiedades antiespasmódicas, ligeramente eufóricas, relajantes, reguladoras del apetito y tonificantes del estómago. Aunque, para conseguir efectos más intensos utilizado como perfume e inhalación, nada como el aceite esencial de rosas. Su aroma dulce te transportará muy lejos, quizás a otros países orientales.
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