Cuando los bonos venezolanos llegan a su nivel más bajo desde 2004, el ministro Carlos Fernández llegó a pedir dinero para ayudar a cubrir las necesidades del sector público argentino. En cambio, Brasil vive una euforia notable.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El ministro de Economía, Carlos Fernández, se encuentra en Caracas, Venezuela, para buscar alternativas que permitan financiar parte de los US$ 5.000 millones que los Kirchner necesitan en 2008 para cubrir las necesidades financieras del sector público.
Fernández, que realiza su 1er. viaje desde que asumió como ministro -cargo en el que aún no consiguió que le aprobaran ninguna de las designaciones de colaboradores que reclamó a la Jefatura del Gabinete de Ministros, se reunió con su par venezolano, Rafael Isea.
Los Kirchner ambicionaban resolver su entuerto con el Club de París e iniciar el regreso argentino a los mercados globales de crédito, pero su absurda propuesta de imponerle al Club de París las condiciones de refinanciación, fue un fracaso. Y, tal como ocurre desde hace 3 años, los Kirchner se visten de mendigos y concurren a Venezuela a solicitar ayuda financiera.
El viaje de Fernández es motivo de comentarios entre irónicos y críticos de parte de los venezolanos no bolivarianos, que cada día son más.
Por ejemplo, ante el comentario «Argentinos vienen a vender más bonos», pudieron leerse posts como estos:
> «Si Venezuela compra los bonos Argentinos está invirtiendo una cantidad de dinero en ese pais en lugar de hacerlo en el nuestro. O sea ¿te gastarias tus 10.000 bsf mensuales en pagarle a tu vecino las deudas y dejarías de pagar las tuyas y de tu familia? Venezuela paga deuda de Argentina = menos dinero para Venezuela y sus habitantes (que el pais, vamos a estar, claro lo necesita). En Venezuela hay demasiados problemas de salud (tú lo debes saber), de vivienda, de escases de medicinas, alimentos, etc. (…)».
> «Argentina obteniendo mas dinero gracias a nuestro presidente y los medicos y profesores que se mueran de hambre indolentes, locos ellos tendran que pagar todo lo malo que estan haciendo».
> «Primero se paga por las necesidades de los venezolanos y luego que los argentinos resuelvan como puedan. No a costa de arruinar a Venezuela. Porque el petróleo es poco para esta cuerda de corruptos».
En 2005 se le colocaron a Venezuela en forma directa US$ 1.563 millones, y en 2006, US$ 2.865 millones en Boden 2012, mientras que en 2007 hubo suscripciones por US$ 1.988 millones en Boden 2015, el mismo instrumento que se utilizaría ahora para una eventual nueva colocación de US$ 500 milloness, lo que llevaría el total a un monto cercano a los US$ 7.000 millones en 4 años.
Gran parte de los bonos argentinos han sido combinados con papeles de deuda ecuatoriana en notas estructuradas que han sido adjudicadas a los bancos venezolanos con el único propósito de bajar el precio del dolar paralelo.
Al respecto, hay un debate muy intenso en Venezuela.
Algunos economistas como Francisco Vivancos afirman que las políticas macroeconómicas (subastas de notas estructuradas, emisión de bonos soberanos internacionales, alza de las tasas de interés domésticas y pagos a proveedores en divisas y no en bolívares), dieron resultado y, aunque no han podido frenar la inflación, sí han detenido el crecimiento del circulante y estabilizado el importe del dolar paralelo.
Sin embargo, otros economistas como Abelardo Daza, afirman que al bajar la tasa de crecimiento del gasto público y elevar el encaje marginal que impone el Banco Central al sistema bancario, disminuyó el ritmo de crecimiento de la liquidez en bolívares («La tasa interanual en términos reales, fue negativa») y tiene un impacto importante en el mercado de divisas.
Sin embargo, según la agencia Bloomberg, los bonos venezolanos nunca estuvieron tan bajos desde 2004, en medio de una gran especulación con el arbitraje de bonos contra dólares estadounidenses que, sin embargo, ha encarecido el costo de la gestión de la deuda venezolana.
Todo lo contrario ocurre en Brasil, donde según los analistas de ING Groep NV, hay interés en comprar bonos del Gobierno brasileño que ofrecen rendimientos superiores a los que corresponde a su nueva condición de ‘investment grade’, según la calificación de Standard and Poor’s.
En cuanto a los bonos de la deuda pública argentina, cerraron con valores mixtos el jueves, en un mercado cauteloso ante las tensiones políticas que despierta un conflicto del sector agrario con el Gobierno.
En el caso del Par en dólares, ocurrió una mejora del 1,2% pero en el Bonar 2010, una caída del 1%.
«Pese a los atractivos valores de los bonos (cotizan por debajo del valor de canje y a niveles de default), no aparecen las puntas de compra (compradores), ya que sigue primando la cautela a la hora de hacer negocios», dijo un operador a la agencia Reuters.
Hay incertidumbre en los negocios, una notable pérdida de credibilidad del matrimonio Kirchner entre los agentes económicos y una enorme preocupación porque no se comprende cuál es el horizonte.
Sin embargo, la Bolsa porteña ganó 0,37% hasta los 2.101,85 puntos, con un volumen transado en papeles domésticos que alcanzó los $ 55,4 millones, aunque destacó la caída en la cotización del papel de Grupo Clarín, que perdió 3,9%.
El índice EMBI+ argentino, que elabora el banco JP Morgan y que mide la diferencia de tasa entre bonos del país con sus similares de USA, cayó de 570 a 568 puntos básicos. Es obvio que el riesgo-país, que se estima en función del índice EMBI+, se encuentra muy elevado.
Abundan las versiones negativas en la City.
Debe recordarse que desde el 24 de abril, cuando Merrill Lynch recomendó vender bonos argentinos y comprar los de El Líbano, los títulos públicos locales no dejaron de descender, erosionando la solidez de la banca comercial que tiene aplicados sus recursos a atesorar una cartera de bonos hoy muy deteriorados.
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