La Corte de apelaciones de Puerto Montt dijo no y, al menos por ahora, las obras del megaproyecto de represas HidroAysén se encuentran paralizadas por orden judicial. La decisión tuvo lugar tras las presentaciones realizadas por dos senadores, varios diputados nacionales y diversas organizaciones ambientales que se manifestaron en contra del proyecto que desplegaba su primer garra en el país trasandino para luego pasar a nuestro país.
El megaproyecto había sido aprobado por la Comisión de Evaluación Ambiental (CEA) a mediados de mayo y despertó el rechazo de la población que se movilizó pese a la represión orquestada por el gobierno de Piñera. Además de los daños ambientales se denunció tráfico de influencias entre la familia del presidente, Sebastián Piñera, y la empresa española Endesa, encargada de la construcción.
El tribunal de Puerto Montt, ciudad ubicada 1100 kilómetros al sur de Santiago de Chile, resolvió a favor de una serie de recursos de protección presentados en contra de la CEA de la región de Aysén, que el 13 de mayo último elevados por los senadores Antonio Horvath (de la oficialista Renovación Nacional) y Guido Girardi (PPD, opositor), algunos diputados y diversas organizaciones medioambientales.
HidroAysén planeaba cosntruir cinco represas hidroeléctricas sobre los ríos de la zona de Aysen en Chile para luego continuar con el represamiento de las cuencas binacionales en las cuales se inscribe la cuenca de Lago Puelo en la provincia de Chubut, sobre zona sísmica y volcánica activa. Algo demencial por donde se lo mire.
Al margen de las objeciones por causas ambientales, los medios chilenos dan cuenta de que el proyecto fue cuestionado también al revelarse que Endesa, había donado un millón de euros a una fundación liderada por la esposa de Piñera, Cecilia Morel. A ello se agregó el hecho de que un cuñado del mandatario, Eduardo Morel, es director de Hidroaysén y gerente de Colbún, compañía que junto a Endesa desarrolla la iniciativa.
Al menos esta vez, la familia no fue lo primero y por ahora, las represas quedaron frenadas y los ríos siguen corriendo en libertad.
Clarisa Ercolano
BWN Patagonia
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