El primer indicio cierto del desequilibrio en las cuentas fiscales lo asumió el Ministerio de Defensa. Nilda Garré ordenó un recorte del 50 por ciento del Presupuesto de las Fuerzas Armadas con ejecución inmediata en este trimestre. Y anticipó otro del 30 por ciento para el cuarto trimestre. La Argentina quedará sin vigilancia aérea ni control marítimo; el Ejército suspenderá los planes de apoyo a la comunidad en el interior del país.
Garré encabezó este lunes el acto del Día de la Fuerza Aérea en el edificio Cóndor, y su única reflexión a la crisis fiscal fue: «Las restricciones presupuestarias que aquejan coyunturalmente al sector no son ni serán un impedimento para continuar avanzando en el desarrollo de una política de defensa consistente». La actividad de los uniformados ya venía limitada en el segundo trimestre por la poda del 36 por ciento dispuesta por el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, que el oficialismo imputó al impacto de la crisis financiera internacional. Este diario recogió lamentos y fuertes críticas de altos jefes responsables de los números castrenses, que culparon al desorden de las cuentas públicas nacionales por la guadaña en el tercer trimestre. ¿Es prioridad malgastar casi dos millones de dólares diarios en Aerolíneas Argentinas cuando el país quedará sin posibilidad de defender y custodiar los recursos naturales que son patrimonio de todos los argentinos?, observó uno de ellos con el compromiso del anonimato.
Durante la ceremonia sobrevolaron la plaza de armas del edificio Cóndor un transporte C-130 Hércules y tres cazabombarderos A4-AR procedentes de Villa Reynolds, San Luis; al término del acto, pasó carreteando frente al palco de autoridades el restaurado avión Blériot XI que perteneció a Jorge Newbery. Quizá una metáfora de la situación que se avecina. La aeronaves militares son las primeras víctimas de la reducción: Defensa ordenó cesar todos los vuelos el 15 de agosto. Líneas Aéreas del Estado (LADE) no recibe reservas de pasajes para setiembre. El dato corrió hasta la provincia de Chubut y en las oficinas del gobernador Mario Das Neves se lo tomó como una represalia de ésas que suele encargar Néstor Kirchner cuando se empaca con un opositor. Los pobladores de Chubut y de las otras provincias patagónicas necesitan de la conexión aérea que brinda la línea de fomento de LADE con sus cuatro aviones SAAB 340 cuya frecuencia será reducida también en un 50 por ciento. Otros que quedan en sus hangares son los aviones P3-B Orion de la Armada, vitales para tareas de control de pesca en el litoral atlántico, y se amarrarán hasta nuevo aviso las corbetas de la División Patrullado Marítimo que desde la Base Naval Mar del Plata colaboran en la captura de los pesqueros furtivos.
El teniente general Luis Pozzi, el almirante Jorge Godoy, y el brigadier general Normando Costantino, jefes de las tres Fuerzas Armadas, enviaron informes al subsecretario de Planificación Logística, Gustavo Sibilla, con el detalle de qué recortar y cómo hacerlo para evitar la parálisis operativa. Sibilla debatió casi cuatro horas el martes de la semana pasada con los jefes de logística de las fuerzas; el funcionario dio por terminado el encuentro con tres palabras: «No hay solución». Y se marchó a Boston, Estados Unidos, por 15 días a un seminario sobre logística. La contadora Inés Rodríguez de Slepczuk, directora de Presupuesto, le siguió los pasos y tomó licencia invernal.
La preocupación de la cúpula militar está en los planes operativos que son vitales para la integridad del Estado. Uno de ellos, denominado Fuerza de Tareas Conjunta Fortín, destinado a identificar vuelos ilegales (narcotráfico, contrabando y trata de personas) mediante radares de la Fuerza Aérea y del Ejército, quedó fuera de combate. Este operativo anunciado con bombos y platillos por Garré y el titular del Estado Mayor Conjunto, Jorge Chevalier, no sobrevivió al recorte de fondos para la movilidad del personal, el combustible de los camiones y el funcionamiento de los radares. En realidad, los equipos del Ejército, tres aparatos bidimensionales Cardion Alert Mk.II yacían en depósito en el Regimiento de Monte 29 cercano a Formosa, porque nunca se asignaron los recursos para cubrir el despliegue de personal. Ahora, a esa deficiencia del paraguas de vigilancia radar en el Nordeste se sumó el retiro del primer equipo móvil de la Fuerza Aérea, que estaba localizado en Misiones. Su finalidad era la de rastrear vuelos ilegales, principalmente desde y hacia Paraguay. La Fuerza Aérea cuenta con otro instalado en Resistencia, Chaco. El argumento de Defensa es que el viejo radar Westinghouse TPS-43 de Posadas se trasladó a Reconquista, Santa Fe, para atender maniobras aéreas internacionales. La verdad está más cerca del faltante de dinero que cubre los viáticos de la dotación de personal afectado a la operación del radar en Misiones. Si el recorte se extiende más allá del tercer trimestre, caerán las licitaciones de provisión de Jet A-1 y gasoil para la campaña antártica de verano 2010.
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