Recuerdo aquel inolvidable día en la BASE AÉREA MILITAR CÓNDOR en nuestras queridas ISLAS MALVINAS. A las cinco de la mañana nos despertamos sobresaltados con el grito de ALARMA, en pocos minutos estábamos todos al costado de la escuela donde dormíamos, amontonados en la oscuridad sin saber lo que realmente pasaba hasta que llegó el Teniente LOMBARDI y nos dijo que estaban bombardeando PUERTO ARGENTINO y así todos juntos nos dirigimos hacia la pista.
Con DUARTE recordábamos las tareas que nos quedaban por hacer en algunos aviones. Ya una vez en la pista y entre las máquinas el Teniente SANTINI recibió la orden de retirar las bombas con que estaban cargados (4) cuatro PUCARÁS que saldrían de inmediato solamente con armamento fijo (cañones y ametralladoras). Finalizada la tarea decidimos continuar el trabajo que veníamos haciendo desde días anteriores, (preparación de bombas, municiones, cohetes, etc.), el resto del personal se dispersó entre los aviones para colaborar en la puesta en marcha, sacar pines de seguridad del armamento, etc.
El día ya había aclarado y los aviones comenzaron a despegar. El tercero de ellos en plena carrera de despegue rompió el tren de nariz y se clavó en la pista, sin consecuencias graves para el piloto al que ayudamos a salir inmediatamente.
De pronto escuchamos la «ALARMA» y el ensordecedor tableteo de los cañones de 35 mm. Antiaéreos. En el radar había aviones enemigos, no obstante al rato volvimos a la normalidad pues los ecos habían desaparecido. Salimos de las trincheras y volvimos a la pista para sacar el avión accidentado. Dejar la pista libre para próximos despegues nos demandó aproximadamente unos 15 minutos de labor. Mientras esperábamos nuevas órdenes en la carpa degustábamos un exquisito pan dulce que nos habían mandado desde Reconquista el día anterior.
A las 08:20 de la mañana el teniente JUKIC se arrimó a la carpa y nos avisa que va a salir una escuadrilla armada con cohetes y se dirigió al avión (A-527) que estaba en frente de la carpa. De inmediato dejamos la carpa los mecánicos y armeros que en ese momento estábamos juntos. Salimos conversando con Duarte y decidimos ir a completar la carga del A-527.
Habríamos recorrido unos veinte metros y faltando unos diez para llegar al avión donde estaba JUKIC, de pronto vi unas sombras que pasaban por encima del PUCARÁ que estaba delante nuestro. Aproximadamente a unos veinte metros de altura, se divisaban las inconfundibles siluetas de los HARRIERS. También alcance a ver una nube de bombas tipo racimo que habían lanzado y se nos venían encima… grité «mirá DUARTE» e instintivamente creo que me tiré al suelo… algunos que nos vieron luego nos comentaron que no lo logramos pues no nos dió tiempo a nada.
Inmediatamente comencé a escuchar las explosiones, tierra que me cubría y el horrible dolor de las esquirlas entrando en mis piernas. Cuando cesaron las explosiones comencé abrir los ojos, no se veía nada por la cantidad de humo y el olor era impresionante, también escuché como si algo ardiera. Me di vuelta… lo primero que miré fueron mis piernas… pensé: todavía las tengo… levanté la vista y veo al PUCARÁ que estaba delante nuestro segundos antes envuelto en llamas. Diviso debajo del ala derecha un cuerpo inmóvil; después supe que era el del Cabo Primero MONTAÑO. Busqué a DUARTE que estaba a mi lado, para decirle que saliéramos de allí, pero no me respondió: mi gran amigo ya no me respondería… iba camino al cielo. A mi izquierda, muy mal herido, se encontraba el Cabo Primero BRASHICH que fallecería mas tarde en PUERTO ARGENTINO. En realidad había varios cuerpos inmóviles que no se distinguían por el humo. Una explosión me hizo volver la vista al avión que ardía… comenzaba a detonar el armamento que le habíamos montado: municiones 20 mm. y cohetes.
Intenté incorporarme para salir de allí y dirigirme hacia la carpa o lo que quedaba de ella pero no pude… el dolor en las piernas era espantoso por lo que debí arrastrarme.
Llegue a la trinchera que la rodeaba, me zambullí y me quede allí, comenzaba a tener frío pues estaba muy mojado con sangre. Me sobresaltó una tremenda explosión y de inmediato una lluvia de fuego… caía combustible ardiendo… había explotado el avión… se incendió la carpa… al lado se encontraba el polvorín de campaña… que macana che… había que salir de allí y lo más pronto posible. Salí del pozo como pude y comencé a arrastrarme hacia otro lado hasta que una mano me ayudó y me alejo de la zona, era el Teniente ROSAS. Unos veinte minutos transcurrieron hasta que cesaron las explosiones. El Suboficial Ayudante ACEVEY se acercó y me cubrió con una manta, tenía mucho frío. Me cargaron en una camioneta y me llevaron al costado del puesto de comando donde se encontraban los demás heridos y fallecidos… me aplicaron un calmante… de inmediato nos subieron al helicóptero que nos trasladaría al hospital de PUERTO ARGENTINO. Recuerdo que a mi lado estaba el Cabo RODRIGUEZ y el Cabo Primero CARRIZO muy mal herido. Fue el viaje mas largo de mi vida… treinta minutos tirado en el piso. Momentos antes de llegar RODRIGUEZ me toca y con su mirada me dice que CARRIZO ya nos había dejado también, el horror continuaba. Ya en PUERTO ARGENTINO nos llevaron a un hospital; para mi asombro no éramos los únicos… estaba lleno pues se encontraban los heridos del primer bombardeo de PUERTO ARGENTINO. Nos sacaron la ropa y comenzaron las intervenciones por parte de los médicos que se portaron en forma excelente. A partir de allí comenzaría una larga y penosa convalecencia… la metralla había hecho estragos en mis piernas y cintura.
Ese día fallecieron el Teniente DANIEL JUKIC, Cabo Principal MARIO DUARTE, Cabo Principal JUAN ANTONIO RODRIGUEZ, Cabo Primero MIGUEL ANGEL CARRIZO, Cabo Primero JOSÉ MALDONADO, Cabo Primero AGUSTÍN MONTAÑO, Cabo Primero JOSÉ LUIS PERALTA, Cabo Primero ANDRÉS BRASHICH y los Soldados Clase 63: GUILLERMO GARCÍA y HÉCTOR BORDÓN.
¡COMO OLVIDAR AQUEL 1 DE MAYO !
Leave a Reply