¿El objetivo?… No parece ser otro que embarrar la cancha para ocultar la verdad antes de las elecciones. Después… Dios dirá… Pero si quiere enterarse ahora, lea el siguiente artículo y después me cuenta.
Por Humberto Rovira D.
Según publicó ayer Clarin Digital, desde la devaluación, el nivel general de salarios mejoró un 105,8%. La suba, que acumula un 17,9% si se compara con el mismo mes de 2006, llegó a 2,54% en relación a mayo. Los más favorecidos -explica el informe- fueron los estatales, con un aumento promedio de 4,65%, seguidos por los empleados privados en blanco, con un 2,25%, y los no registrados, con 0,76%.
La noticia positiva, en apariencia, se torna confusa y poco creíble cuando el lector no tiene elementos a mano para comparar aumentos de salarios con aumentos de precios desde la época más crítica de la década, que fue, sin duda, la devaluación de 2002.
Con el ánimo de buscar alguna explicación a las cosas, retrocediendo en el tiempo, recurrimos entonces a noticias ya publicadas que puedan aclarar el panorama harto confuso de las estadísticas oficiales, y dar cuenta de datos comparables y más cercanos a la realidad.
El martes 26 de junio de este año, también Clarín Digital explicaba que el costo de vida -según el IPC o sea la información oficial- llevaba un aumento acumulado del 97,8 desde enero de 2002, lo que marca en cierta forma la coherencia con que se maneja el INDEC encargado de disimular las malas noticias. Porque un aumento del 97,8 en junio pasado, coincide -según las evoluciones de los índices de julio y el que vendrá (de agosto) con la duplicación del costo de vida, ya que el 100% es la meta deseada por el gobierno para entonces compararla con el 105,8% de aumento de salarios que encabeza esta nota.
Si todo esto es real, se trataría, sin duda, de un gran éxito del gobierno en materia económica, porque entonces, los asalariados (en los datos suministrados no se habla de jubilados que cobran mucho menos ni de trabajadores en negro que representan casi el 50% del mercado laboral), llegarían a este mes con un 5,8% a favor, porcentaje nada despreciable para estas épocas en que todos creen que han perdido bastante con los aumentos registrados durante el último año.
Clarín Digital enfatiza en que se tardaron 68 meses para alcanzar el 100% de aumento y para justificar la buena noticia, dan cuenta de lo siguiente:
«Dicen que la gente de Leo es orgullosa, impulsiva, generosa y que le encanta ser el centro de atención. Si la inflación fuera una persona, le corresponderían estas cualidades: en el mes de agosto el Indice de Precios al Consumidor «cumple» su primer 100% tras la devaluación de enero de 2002. Si se concretan los pronósticos de los economistas que releva el BCRA, la duplicación de los precios llegará 68 meses después del final de la Convertibilidad.
En la actualidad, el acumulado en esta variable es de 97,8%. «El traslado de corrección cambiaria a los precios internos fue menor de lo que muchos analistas esperaban y más bajo que en otros países que sufrieron experiencias maxidevaluatorias», explica Mariano Lamothe, de la consultora abeceb.com, «pero, a su vez, ese efecto se volvió más persistente en el tiempo».
En la jerga de los economistas, el traspaso del movimiento cambiario a precios se denomina «pass-through». En la Argentina, esta filtración llega al 47% de enero del 2002 hasta ahora, un porcentaje menor al de México y Rusia para el mismo período: 241% y 90,9%, respectivamente. Pero mayor al de Brasil (28,6%) y Tailandia (21,9%).
«El pass through local es todavía más bajo, porque hay que tener en cuenta que los precios de las exportaciones, que impactan sobre los valores internos, subieron un 40% desde la devaluación», explica Luciano Laspina, de la consultora Macrovisión.
Para Laspina, la «devaluación exitosa» tuvo en los primeros años una explicación clara: «el altísimo desempleo y una política fiscal dura».
Según Javier Alvaredo, economista de MVAS, «el pass through relativamente reducido se debió también a que la Argentina tenía un retraso cambiario mucho más alto que el de otros países que devaluaron a fines de los 90».
¿Cuáles son los precios que más y menos subieron? En un extremo aparece la Indumentaria, con el 154,1% de aumento. Le sigue Alimentos y Bebidas, con un 134,7%, el renglón que más impacta sobre la pobreza. El rubro más contenido fue el de Transporte y Comunicaciones, que subió un 59,1%.
Los poseedores de bonos con CER pueden ir preparando, también, sus festejos para el 2010. Ese año, de acuerdo a los cálculos de Laspina —que tiene un pronóstico algo pesimista para los precios internos, del 13% anual—, los valores minoristas «celebrarán» su 200% de incremento. Resta saber bajo qué signo zodiacal.»
El primer medio donde encontramos un dato que puede darle una buena patada en el trasero a lo publicado en Clarín Digital y, por supuesto, a las estadísticas oficiales del INDEC es de la agencia DYN del 8 de agosto de 2005 (hace dos años).
El informe señala lo siguiente:
«El listado de aumentos de precios desde la devaluación que se produjo en enero de 2002 es encabezado por productos como la carne, la ropa, los cigarrillos, el azúcar y el cacao, con un alza promedio del 115 por ciento.
Así lo demuestra un informe difundido por la Cámara Argentina de Comercio (CAC), sobre la base de datos oficiales, en el que se advierte que el rubro lácteos y huevos presentó un alza del 96,62 por ciento en los últimos tres años y medio.
El informe revela que los precios en el sector minorista registraron un incremento del 94% en el rubro indumentaria, mientras que las subas en el segmento de alimentos y bebidas ascendió a casi un 90% desde comienzos de 2002.
En el caso de los servicios para el hogar, los precios sufrieron un aumento del 10,63% desde fines de 2001, y los precios de las comunicaciones subieron un 11,33%. La mayor variación se registró en el rubro aceites y grasas, que exhibe un aumento del 161,94% desde la devaluación.
En este listado siguen textiles, con un alza del 145%; artefactos para el hogar, 145%; compra de vehículos, 143%; equipamiento del hogar, 127%, y accesorios para vestir, con una inflación acumulada del 123%. También registraron subas del 105% los precios minoristas para el turismo; un incremento del 92% los alimentos para consumir en el hogar, y un aumento del 87,55% las bebidas alcohólicas.
En julio, los bienes que representan un 53% de la canasta de las familias tuvieron una variación del 0,4%, mientras que los servicios, que representan el restante 47% tuvieron una variación del 1,9% con respecto al mes anterior.
Con respecto a igual mes del año anterior, los bienes han registrado una variación positiva del orden del 8,6%, mientras que los servicios aumentaron un 11,2 %. Desde el fin de la convertibilidad, el índice de precios al consumidor presentó un variación promedio del 66,2 por ciento. Aquí, el valor del segmento bienes presentó un aumento del 93,75% y el de servicios mostró un alza del 36,47 por ciento. Durante julio, el nivel general del índice de precios mayoristas subió un 1,3 por ciento. Los productos nacionales -dijo la CAC- aumentaron un 1,4% como consecuencia de la suba del 4,1% en los productos primarios y de un aumento del 0,5 por ciento en los de manufactura. El rubro petróleo crudo y gas presentó un aumento del 375,35 por ciento desde la devaluación y los productos agropecuarios registraron un alza del 167,20 por ciento.
¿Cómo es esto? Si Clarin Digital, ayer, informó que este mes estaremos recién alcanzando el 100% del «índice de precios al consumidor» tras la devaluación de enero de 2002, cómo es posible que el 8 de agosto de 2005 (dos años antes) el aumento de precios desde la devaluación era del 115%.
¿El INDEC ha borrado de un plumerazo el seguimiento de los precios al consumidor que había hecho hasta agosto de 2005? Y si no es así, alguien puede creer que desde esa fecha hasta hoy ha habido deflación, que los precios han bajado un 15% y que durante dos años se mantuvieron con inflación cero?
A la luz de estos datos, que contradicen lo manifestado por Clarín Digital y el INDEC, se hace más que necesaria una explicación. Ojalá alguien pueda demostrar que estamos equivocados. Este es un desafío para los economistas y todo aquel entendido en la materia e incluso para los periodistas especializados de Clarin Digital que pueden investigar y demostrar a la opinión pública que el actual gobierno no ha manipulado las cifras estadísticas desde hace dos años (o desde el primer día que asumió).
¿Cuál de las publicaciones es errónea, la de Clarin Digital o la de la agencia DYN?.
Porque si la verdad de lo que acontece en economía se sigue ocultando, cuando la olla se destape, no habrá helicóptero ni cañonera que pueda refugiar en su huída a los responsables de una nueva crisis económica en la Argentina.
(Copyright Verdades Ocultas 2007)
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