Apocalíptico, lapidario, espeluznante, o aún peor, es el mensaje que Stephen Hawking lanza a la humanidad. Golpea casi con la fuerza de un meteorito cuando pronostica su final, su exterminio total. Para el famoso astrofísico ya todo está prácticamente perdido. Bueno, en realidad hay una sola escapatoria: colonizar otros planetas.
Hawking ve a la especie humana como si fueran nómadas que agotan todos los recursos de un área determina, “contaminando y dañando el medio ambiente, y dejando luego ese lugar para buscar otro nuevo que explotar”. Según el científico, este ha sido el impulso que ha movido, si sigue haciéndolo, la historia de la humanidad. Pero ahora, aunque seguimos en plan Atila, la cosa es mucho peor, pues hay un elemento devastador: las nuevas tecnologías, que pueden destruir más rápido.
Lógicamente, si nos vamos quedando sin espacio habitable, finalmente no habrá nuevos lugares donde ir y perecerá la especie humana. Justo entonces, cuando nos quedemos sin espacio habitable, se abrirá un nuevo horizonte para el planeta que, ya sin seres humanos, podría volver a respirar tranquilo.
La frase “cuidar del planeta”, según la tesis de Stephen Hawking, sería equivocada, pues el planeta estará mucho mejor sin nosotros, se salvaría. Así que no hay de qué preocuparse, ni ambientalistas ni ciudadanos concienciados con el medio ambiente: el entorno acabará por sobrevivir a la explotación humana, pero ni nosotros ni las futuras generaciones vivirán para verlo.
A juicio del famoso astrofísico, el planeta sólo se salvará si nosotros morimos condenados por nuestra propia avaricia. La raza humana camina sin remedio hacia la extinción. El afán destructor del hombre está acabando a pasos agigantados con los recursos del planeta, argumenta Hawking, y ello acabará volviéndose contra él como un boomerang letal:
«Veo un gran peligro para la raza humana. En el pasado su supervivencia ha estado al borde del precipicio en algunas ocasiones, como ocurrió en la crisis de los misiles cubanos en 1963. Pues bien, estos momentos delicados van a multiplicarse en el futuro, y necesitaremos actuar con mucho cuidado para tener éxito. Pero yo soy optimista. Si podemos evitar el desastre en los próximos dos siglos, nuestra especie podrá estar segura a medida que vaya colonizando el espacio. El egoísmo y la agresividad que han provocado el problema ambiental también podrían impulsar la búsqueda de otros hogares en el universo, lugares que iremos de nuevo exterminando, debido de nuevo a nuestra avaricia». (Traducción libre)
¿Y, para cuándo la hecatombe? El científico es preciso: en los dos próximos siglos siguientes, eso siendo optimistas, “quizás sea antes, y la cuestión se decida en los próximos cien años”, declaró en una entrevista con el sitio web de Big Think. Todo dependerá de nuestra capacidad de reeplazar la explotación por alternativas sostenibles. Un duro reto. ¿Un imposible?
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